Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://susaniyse914360.jts-blog.com/37313468/razones-ocultas-del-cabezazo-de-zidane